Una pequeña historia adolescente. Un agradecimiento sincero.

“15 años”, a algunos os evocará esa canción del grupo Paraíso (Para ti) de hace unas décadas…, a otros incluso alguna canción de amor aún más antigua… 15 años es un tiempo en el que aún se es joven, pero ya se comienza a descubrir lo que la vida es.

Una década y media, ¡quién lo diría! cuando un viernes de 2008, un 28 de noviembre, fue el último día que subía a la planta 7ª del Ministerio de Sanidad y Consumo en pleno Paseo de Recoletos, Madrid, para despedirme -voluntariamente- de todos mis compañeros. Se acababa una etapa vital y comenzaba otra. De las cuatro paredes, a un cielo infinito; de grupos de trabajo, informes y bases de datos, a la incertidumbre de convertir cada día en una aventura distinta. 

Unos meses antes habíamos realizado el primer Campus 4×4 AUTT (Asociación de Usuarios del Todoterreno) en la Masía Pelarda, Teruel; ahí, como sí de jóvenes adolescentes se tratara, varias decenas de aficionados al todoterreno, se lanzaban a aprender técnicas de campismo y supervivencia, protección del medio ambiente, fabricación de puentes, conducción 4×4, introducción a los viajes de aventura, orientación, exploración, reparaciones de emergencia, rescate, primeros auxilios… Verdaderamente me sorprendió el espíritu que se creó -muy africano, por cierto- y la entrega de cada uno de los participantes.

¿…Y si se pudiera revivir en mas gente estas y otras emociones, esos momentos escasos pero tan genuinos…?

Yo, Akela, fui invitado por mi amigo Kifaru como uno de los profesores/instructores para arrastrarlos a vivir una aventura de 4 días en plena naturaleza. De día y de noche, a la luz del sol y de las hogueras en total oscuridad a ritmo de “Africa” de Ismaël Lô, cantante senegalés, puro espíritu del Dakar. 
 
Conocí a grandes del mundillo, algunos verdaderos aventureros y naturalistas de corazón; otros y otras aficionados a los polivalentes 4×4. 

Pues con el apoyo, pero la incredulidad de mi familia y amigos, me lancé al proyecto de crear Terranatur; una empresa que pretendía inducir a la exploración y conocimiento de la naturaleza de diversas maneras.

Ideé un logo que representase la interacción entre ser humano y naturaleza, incluyendo varios símbolos como la impronta de una mano izquierda infantil, una hoja y una espiral, queriendo transmitir la interacción entre cultura y monte, en una espiral siempre creciente. 

Durante todos estos años, naciendo en plena crisis y atravesando otras tantas, -incluyendo una pandemia-, hemos organizado cientos de viajes, docenas de eventos, miles de días de experiencias maravillosas.

En cada ocasión, siempre una constante: ver cómo disfrutabas y despertabas en pleno monte al niño que llevas dentro. Ver como nuestro trabajo, era terapia rompiendo las tensiones de tu día a día, y como era fermento de amistad entre gente diversa, imbuidos de espíritu de aventura común.  

Tú has, habéis hecho posible que Terranatur llegue hasta aquí y sea lo que hoy es. Por tanto en mi nombre y en el de todo el equipo de Terranatur, te doy las gracias de corazón. Gracias por los buenos momentos, gracias por dar vida a Terranatur, gracias por permitirme dedicarme a descubrirte paisajes y caminos, aquí y allí, pero siempre poco conocidos.  

Deseamos seguir ofreciéndote muchas experiencias únicas y singulares, por muchos años más.

Gracias, gracias y más gracias. 

¡¡¡Nos vemos en los caminos!!!!
¡¡¡Vamos que nos vamos!!!

Jaime -Akela- y todo el equipo de Terranatur. 
Ps: Cuando crezcan los días, lo celebraremos como es debido 😉 ¿Contamos contigo?